lunes, 8 de noviembre de 2010

Crítica Mínima 2: Revelando la pintura inconsciente.

Un conjunto de artistas que participaron por el Premio Bienal de Artes Plásticas y Visuales 2010 expone en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño.
Los soportes técnicos que usan van desde la pintura hasta la video-instalación, pasando por la fotografía y el dibujo, lo que amplía la idea reducida de algunos 'críticos de canapé' y seudocuradores que insisten en pensar que el arte contemporáneo se define por una técnica en particular y elogian las exposiciones llenas de pantallas.
Una obra llamó mi atención y, al parecer, la de buena parte del público, por lo que pude observar: Puerta negra  (2010), de Raúl Cristancho.
Está formada por varias fotografías digitales que dan cuenta de una especie de geografía pictórica a partir de una situación: el artista, en busca de lo que él denomina "hechos pintados", se encontró con un taller de ornamentación de metal y pintura.
Sobre la puerta, que sirve al artesano de soporte para pintar rejas y puertas, se ha depositado a lo largo de los años pintura industrial, que ha terminado por transformar la superficie en un verdadero evento pictórico que recuerda algo del expresionismo abstracto y del materialismo pictórico, como el del catalán Antoni Tàpies.
Sólo hay que saber mirar Raúl Cristancho, pintor de formación, logra revelar con la fotografía una superficie pictórica inigualable. "Ningún pintor es capaz de realizar una pintura como esa", exclama el artista, maravillado por el hallazgo.
"Esa pintura inconsciente, realizada por un artesano que utiliza el soplete -continúa-, devela un gesto pictórico fundamental a toda obra de arte".
Esta frase nos recuerda que el arte está en todos lados y es ejercido por cualquiera, sólo hay que saberlo evidenciar y mirar, como decía Marcel Duchamp. 
Puerta negra  es un señalamiento fotográfico de un "acto pictórico inconsciente", refuerza la idea de que la pintura no ha muerto y que la fotografía, más que nunca, nos muestra lo que nuestros ojos no ven, como decía Wim Wenders (1974) en su película  Alicia en las ciudades .
Una obra que abre la puerta a una reflexión más amplia de lo que consideramos como pintura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario